Una mala impresión

Por Paulina Ibarra A., directora ejecutiva Fundación Multitudes

Siempre se dice que la primera impresión es la que marca las relaciones futuras entre personas. Si en mi primer día de trabajo llego mal humorada, es muy probable que, aunque sea simpática el resto del tiempo, mis colegas crean que tengo mal genio. Eso podría ser lo que pasó con el fracasado proceso constituyente. A medida que pasan los días, y surgen diversas teorías acerca de porqué el Rechazo no sólo ganó, sino que lo hizo con bastante holgura, las teorías y análisis de esta derrota han abundado en los medios de prensa y las redes sociales.

Mi tesis es que hubo una mala impresión desde el primer día, cuando por todos los canales de TV se transmitía una caótica ceremonia de instalación de la Convención Constitucional, con interrupciones y atrasos, gritos destemplados ante una calmada funcionaria pública, y un himno nacional que no pudo interpretar la orquesta juvenil presente en el acto. Ese puro hecho, sin duda, no explica por sí solo la derrota de 14 meses después, pero sí nos da luces de las razones que se dieron para ello.

La primera imagen fue el caldo de cultivo y la excusa perfecta para que los generadores de noticias falsas y campañas de desinformación tuvieran sustento para elaborar su estrategia, la que terminó minando la confianza en la CC, pues para nadie es un misterio que esas acciones sí existieron y lo demuestran diversos estudios de opinión, que no sólo dan cuenta de la baja popularidad del órgano constituyente, sino que del texto propuesto.

Por ejemplo, la última encuesta Data Influye es clara en ese aspecto. Al momento de evaluar la imagen de la Convención y de sus constituyentes, un 49% señaló que fue un factor decisivo al momento de votar y 30% aseguró que fue importante. Es decir, casi un 80% se fijó en ese ítem y, a la vista de los resultados, fue un elemento determinante para que se rechazara la nueva Constitución.

En tanto, en el reciente estudio que hicimos como Fundación Multitudes, con la colaboración del medio de verificación de noticias Mala Espina Check, demostramos cualitativamente que las principales noticias falsas que circularon en torno a la Convención se referían al actuar personal de los constituyentes o a su labor dentro del fenecido órgano constituyente, y no necesariamente a los acuerdos alcanzados, muchos de ellos de gran relevancia y que respondía a muchas de las demandas ciudadanas surgidas de la revuelta popular de octubre de 2019,

Evidentemente que esas desinformaciones se alimentaron también con el propio actuar de alguno de los convencionales, pero no deja de ser cierto que esa imagen negativa inicial, a la que aludí al comenzar este artículo, no sólo no se revirtió, sino que se reforzó con el correr de los meses y se trasladó al documento final sometido al referéndum del 04 de septiembre. Ahí los generadores de noticias falsas se dieron un festín esparciendo aseveraciones respecto de la propiedad de las viviendas, la heredabilidad de los fondos, el aborto hasta los 9 meses o las dos banderas y los dos escudos, entre otras barbaridades.

Si la clase política logra ponerse de acuerdo para reiniciar el proceso, es un misterio aún, pero hay valiosas lecciones que deben aprenderse de este fracaso, y una de ellas tiene que ver en cómo es posible convencer a esa gran masa de chilenos y chilenas que ahora sí se van a hacer bien las cosas desde el primer día. Soy pesimista, lo reconozco, creo que Chile perdió una gran oportunidad, pero si llega a darse esta nueva chance de partir un nuevo proceso constituyente, se debe comenzar con lo más básico: dando una buena primera impresión.

Fuente: Cooperativa.cl

Fundación Multitudes y Mala Espina Check dan cuenta de alto porcentaje de desinformaciones que afectaron a la Convención

A casi dos meses de terminado el trabajo de los convencionales, la Fundación Multitudes concluyó que “la gravedad de los ataques de desinformación a la Convención Constituyente se expresa en su desaprobación mediática”.

Santiago, 28 de agosto de 2022.- Un informe elaborado por la Fundación Multitudes da cuenta que la Convención Constitucional (CC) se vio sometida a una verdadera campaña de desinformación, que contribuyó en parte a que exista una mala percepción de sus integrantes y/o su misión para redactar la propuesta de nueva Constitución. La investigación utilizó tanto entrevistas a los integrantes del órgano constituyente como un estudio realizado por el proyecto Lupa Constitucional, del medio de chequeo de datos Mala Espina Check.

Para la directora ejecutiva de Multitudes, Paulina Ibarra, “lo que hemos notado es que este fenómeno de la desinformación ha ido escalando cada vez más, a medida que se acerca el plebiscito, y no se circunscribe solo a cuentas anónimas en redes sociales, sino que muchas veces personajes públicos y con poder de influencia mediática han podido difundir estas noticias falsas o descontextualizadas”.

“No podemos estar indiferentes frente a esto. La desinformación deben ser combatida con firmeza, porque menoscaba la democracia y deslegitima las instituciones. Un caso reciente lo vimos en el Servicio Electoral (SERVEL), donde hubo una campaña orquestada en desprestigiar una función que ha tenido un actuar correcto, rápido y transparente en las últimas tres décadas, que incluso nos pone por sobre organismos similares de países latinoamericanos y del Primer Mundo”, acotó la cientista política y Magíster en Comunicación y Desarrollo de la Universidad de Georgetown, Estados Unidos.

El documento -denominado Análisis sobre la Desinformación en la Convención Constitucional- se basó en dos trabajos realizados de manera paralela entre 2021 y 2022. Uno de ellos, a cargo de Multitudes, se generó sobre la base de entrevistas individuales a los y las constituyentes, y cómo ellos percibían las campañas de desinformación que habían en su contra. Así, un 73% respondió que cree que ha sido objeto de desinformación en su contra en la campaña electoral o en su trabajo como constituyente, mientras que un 61,1% de las mujeres convencionalistas respondió que ha sido víctima de desinformación como forma de violencia de género.

“El 92% de los encuestados de pueblos originarios dijo haber sido objeto de estos ataques contra el 68% de quienes no pertenecen a alguna nación originaria. Específicamente, es 5.8 veces más probable, perteneciendo a una primera nación, el ser víctima de ataque de desinformación. Por ello constata un estigma a la hora de dirigir los ataques de desinformación a dicha población menos representada”, sostiene el informe .

Por su parte, Lupa Constitucional analizó 48 desinformaciones verificadas entre el 04 de julio de 2021 y 04 de julio de 2022 -periodo de trabajo de la CC-, escogidas por su impacto y difusión mediática, de las cuales 41 de ellas (85%) fueron calificadas como falsas, dos imprecisas (4%) y una engañosa (2%). El resto fueron chequeos múltiples a distintas desinformaciones (9%).

“En este sentido, del total de la muestra (48), 18 desinformaciones (incluyendo 17 falsas y una engañosa) afectaron a integrantes de la Convención (mujeres y hombres). Esto es el 37,5% del total. En tanto, 30 desinformaciones (incluyendo 25 falsas, 2 imprecisas y tres chequeos múltiples) fueron dirigidas a asuntos relacionados a la Convención, y apuntaron a temas de reglamento, borrador, propuesta final y diversos anuncios, lo que representa un 62,5% de la muestra”, afirma el proyecto Lupa Constitucional, que también destacó, al igual de Multitudes, que afectó mayormente a mujeres, con 67% versus 33% a hombres.

Mala Espina Check estableció que las desinformaciones analizadas y dirigidas hacia personas, tanto hombres como mujeres, “se focalizó en discriminación, trabajo en la Convención, frases falsas atribuidas a convencionales y supuestas faltas a la probidad. Como ejemplos de estos aspectos se puede mencionar, entre otros, una supuesta imagen de Elisa Loncón con Augusto Pinochet, o que Loncón recibiría una pensión vitalicia y tendría una empresa de asesorías legales. En el caso de Linconao y Atria se verificaron falsos dichos atribuidos a ambos y en el de Marinovic falsas frases adjudicadas a ella”.

En cuanto a las desinformaciones que afectaron a la convención como órgano, se refieren, entre otros, a falsedades sobre los sueldos de constituyentes, aguinaldos y vacaciones de los constituyentes, que el reglamento supuestamente estaba escrito antes del funcionamiento de la CC, que la Comisión de Medio Ambiente estaba en contra de la exportación de frutas, que se eliminaban las Fuerzas Armadas o que habría expropiación de fondos de pensiones.

En sus conclusiones, Fundación Multitudes asegura que “la gravedad de los ataques de desinformación a la Convención Constituyente se expresa en su desaprobación mediática. En la encuesta Plaza Pública Cadem, correspondiente a la primera semana de mayo, muestra que la opción ‘Rechazo’ ganaría con 48% versus el ‘Apruebo’ con un 35% en el plebiscito de salida. El impacto de la deslegitimación se visualiza en que las razones para rechazar en septiembre son la desconfianza hacia los constituyentes (55%) y en segundo lugar el desacuerdo general con las propuestas (40%). Si bien esto se puede deber también a los errores de la misma Convención, se suma el impacto de la desinformación”.

Fuente: El Calbucano

Red flags a los autoritarismos

Por Paulina Ibarra, directora ejecutiva Fundación Multitudes

El término red flag se utiliza habitualmente en el feminismo para advertir conductas patriarcales, machistas y misógenas. Se ha popularizado en redes sociales y muchas veces a un comentario que reúne esas características se le coloca el emoji correspondiente a esa bandera roja, como una alerta, una prevención de algo que está sucediendo y que debe ser atendido con inmediatez.

Pues bien, en los últimos días nos hemos llenado de red flags, no precisamente por temas que nos afectan a las mujeres, sino con algo que involucra a la sociedad en su conjunto y que pone en serio riesgo la democracia y la institucionalidad, y que tiene que ver con los autoritarismos, en particular ligados a la extrema derecha, y que están prácticamente a la vuelta de la esquina.

En la última semana se ha iniciado una masiva campaña de desinformación en contra del Servicio Electoral (Servel), ya no de grupos anónimos, sino de gente con nombre y apellido, incluyendo a un diputado, que empezaron a cuestionar la legitimidad e imparcialidad de esta entidad para velar por un buen proceso electoral el próximo 4 de septiembre.

Lo que se juega Chile en las próximas dos semanas es ni más ni menos uno de los cambios más importantes de los últimos 50 años de historia, y hay un consenso generalizado que, sea cual sea el resultado, seguirá un proceso constitucional que deberá implementar un nuevo texto constitucional, con eventuales reformas de por medio, o llamar a un nuevo proceso constituyente, en caso de que la voluntad popular diga otra cosa.

Y desde el 4 de julio, o incluso antes, cuando se conoció la propuesta de texto constitucional emanado de la Convención, ha existido una verdadera guerra mediática de posturas a favor y en contra, muchas veces condimentadas por desinformaciones o derechamente noticias falsas (o fake news), las cuales han sido en su mayoría desmentidas en foros virtuales o debates televisados.

No obstante, levantar una acusación infundada en contra del Servel pasó todo límite, y me atrevo a decir que esta situación pone en serio riesgo a la democracia y mina severamente las bases de la institucionalidad nacional. La posibilidad de que se impongan autoritarismos es un riesgo cierto, sobre todo por nuestra historia reciente. Y no, no estamos exagerando, porque de esa misma forma partieron otras voces extremistas en el mundo, colocando dudas justamente a los organismos escrutadores.

Basta recordar a Donald Trump en Estados Unidos, cuando desconoció los resultados electorales cuando quiso ser reelecto, lo que derivó en una campaña orquestada hábilmente por redes sociales, que derivó en un asalto al Capitolio y un casi autogolpe de Estado, algo inédito en su historia. Algo similar está ocurriendo en Brasil, con Jair Bolsonaro, quien ya empezó una estrategia de cuestionar el voto electrónico, enfrentándose públicamente con el símil electoral de ese país.

Y hagamos un poco de memoria, ambos personajes partieron sus campañas tímidamente, muchas veces ninguneados o tomados poco en cuenta, donde más de algún político o comentarista se mofó de sus ideas, pero veladamente se estaba incubando una masa que se convenció de sus afirmaciones y le dio un triunfo impensado en las urnas. “No lo vieron venir”, pudo ser la frase aplicable en ambos países y sus resultados los tenemos a la vista.

Por eso la importancia de colocar ahora todas las banderas rojas que alerten de esta situación, porque, al igual que los ejemplos señalados, la estrategia en redes sociales está desatada, con desinformaciones que se reproducen sin control ni filtro, y que pueden mover a una población a sumarse a una cruzada que ponga en riesgo la democracia. El autoritarismo implícito en estas acciones es un arma peligrosa a la cual hay que ponerle atajo ahora, porque mañana puede ser demasiado tarde.

Fundación Multitudes advierte riesgos para la democracia por acusaciones infundadas de fraude

La campaña contra el Servicio Electoral (SERVEL), levantada por grupos más conservadores en los últimos días, puede poner en serio riesgo la democracia y la institucionalidad chilena, al intentar colocar un manto de duda al proceso plebiscitario que se llevará a cabo en dos semanas, polarizando aún más el ambiente político que vive Chile en más de 50 años.

Así lo aseguró la directora ejecutiva de Fundación Multitudes, Paulina Ibarra, quien indicó que estos “cuestionamientos al SERVEL que han levantado sectores cercanos a la extrema derecha nos recuerdan misma estrategia de Trump, que desconoció los resultados electorales y armó una campaña de desinformación, que luego derivó en un asalto al Capitolio. Lo mismo pasa con Bolsonaro en Brasil, al cuestionar el voto electrónico, el que ha sido fuertemente defendido por el servicio electoral de ese país”.

“El SERVEL acaba de anunciar que estudia acciones legales contra quienes están detrás de esa campaña, en particular contra un diputado del Partido Republicano, que no sólo ha cuestionado la presencia de detenidos desaparecidos en dictadura en el padrón de electores, que se registran como ‘Persona ausente por desaparición forzada’, sino que ha hecho burla de manera cruel de esta situación”, agregó la cientista político y Magíster en Comunicación y Desarrollo de la Universidad de Georgetown, Estados Unidos.

Ibarra recalcó que “gozamos de un sistema electoral que es ejemplo mundial, que tiene resultados en pocas horas, con total transparencia, y que ha dado muestras de profesionalismo e imparcialidad en los distintos procesos en los últimos 34 años. Cuestionar su integridad es minar la democracia y colocar injustificadamente un manto de duda sobre su trabajo. No me cabe duda estas campañas de desinformación ponen en un serio riesgo a la democracia en Chile”.

“Esto es gravísimo, no hay que minimizarlo. Hay que recordar que Trump y Bolsonaro partieron de la misma forma. Sus intervenciones no fueron tomadas en cuenta e incluso muchos se mofaron de sus afirmaciones, y ya vimos los resultados. Ambos salieron electos Presidente, y en Estados Unidos casi se produjo un autogolpe, algo inédito en su historia”, comentó.

La directora de Fundación Multitudes aseveró que “hay que tener las alertas encendidas y nadie puede restarse de ese esfuerzo de desmentir y aclarar que acá no hay ni habrá fraude en el plebiscito de salida. Es mucho lo que está en juego para el futuro del país este 04 de septiembre y todos debemos velar por que ese proceso se haga sin ningún tipo de cuestionamiento infundado”.

Fuente: Página 19

¿Cancelación?

Señor director:

En los últimos días se ha instalado en cierto sector de la política chilena la idea de “cancelación”, como una forma de argumentar que no se les quiere dar tribuna. Este fenómeno ha sido ampliamente analizado en el extranjero, y se refiere a poner ciertos límites a discursos de odio, xenofobia y misoginia, pero acá se ha utilizado cuando, con antecedentes en mano, se ha tratado de desmantelar ciertas premisas que son claramente falsas frente al debate constitucional.

¿Y cómo hemos sabido de la existencia de esta supuesta cancelación? Justamente en redes sociales y sobre todo en medios de comunicación masivos, lo que es una contradicción en sí misma, ya que justamente quienes enarbolan esa consigna gozan de muy buena salud, pues pueden utilizar sus redes sin tapujos ni barreras, y son entrevistados recurrentes en espacios de debate e informativos.

Cancelación hubo en dictadura, cuando hubo un control total de la libertad de expresión, cuando por pensar distinto terminabas en la cárcel, torturado, muerto o desaparecido, y el Chile de hoy está lejos de esa realidad. ¿Será que quienes tuvieron la hegemonía del discurso en los últimos 30 años se sienten ahora interpelados? Ese es el juego de la democracia. Distinto es el insulto, el perjurio y la deshonra, que no caben en ningún espacio de debate, pero de ahí a argumentar que existe cancelación por rebatir tus ideas es francamente insólito, por decir lo menos.

Paulina Ibarra
Directora Ejecutiva
Fundación Multitudes

¿De qué temores me hablan?  | EL MERCURIO

Señor director:

Ikea, la multinacional líder en el mundo en decoración y artículos para el hogar, elige a Chile para su desembarco en Sudamérica con la apertura de su primera multitienda en los próximos días. Amazon anuncia que iniciará los trámites para la instalación de un data center en un terreno de 17 hectáreas en Puente Alto, con más de US$200 millones de presupuesto. Se estima que la inversión extranjera directa en Chile suma más de US$9.600 millones solo en este primer semestre.

Esto demuestra que seguimos siendo un país seguro para invertir, pues los proyectos antes mencionados se realizan con meses y años de anticipación, y conociendo la realidad social y política de Chile. Si los inversionistas extranjeros no se asustaron con convencionales disfrazados, en la ducha o profiriendo garabatos a sus colegas, ¿a qué le temen los empresarios locales que anuncian por los medios que se van con sus patrimonios a otro país si gana el Apruebo?

Paulina Ibarra A.
Directora Ejecutiva
Fundación Multitudes

Chile en la mira internacional | Cooperativa

Por Paulina Ibarra, directora ejecutiva Fundación Multitudes

Hace pocos días fuimos testigos de una verdadera pugna entre dos grandes medios de comunicación de importante prestigio internacional. Por un lado, el Wall Street Journal advirtió en un artículo que, de aprobarse, la nueva Constitución puede “destruir la economía y la democracia” de nuestro país. Pocos días después, un columnista del periódico inglés “The Guardian”, respondiéndole a su par norteamericano, asegura que la propuesta constitucional “actualiza, expande y progresa los derechos fundamentales”, y llama a Estados Unidos a seguir el ejemplo chileno.  

Más allá de la polaridad de las opiniones, y que no está muy lejos del debate que hoy vivimos en la prensa local, hay un interés inusitado al proceso constitucional chileno y que ha despertado, para bien o para mal, la atención extranjera. Sin ir más lejos, por razones profesionales y familiares, me encuentro en estos días en Washington, lugar donde residí durante 15 años, y en mi encuentro con antiguos amigos, además de las cosas triviales de la vida, lo primero que me preguntan es acerca del proceso constitucional.

Lo primero que les digo, y es bueno reiterarlo acá, esta es la primera Constitución en el mundo que se escribe de manera paritaria, y ese en sí ya es un valor diferenciador de decenas de procesos constituyentes que se han vivido a lo largo de la historia mundial. A esto hay que sumar la representatividad que tuvo nuestra Convención, que integró escaños reservados para pueblos originarios y que tuvo una alta presencia de integrantes ajenos a las maquinarias partidistas y a la élite social y política que manejó los hilos de nuestra democracia en las últimas tres décadas.

Esto último, que tal vez no es tan novedoso en otros países que vivieron procesos constituyentes, para Chile fue un tremendo avance democrático, pues mantenemos aún heridas y saldos pendientes de lo que fue la dictadura cívico-militar, y vivíamos en una sociedad que, aparentemente, no estaba interesada en el devenir político y social, con escasa formación cívica, lo que fue opacado por la alta participación electoral que tuvimos en el plebiscito de entrada.

Todo lo anterior son elementos que nos convierten en un espécimen raro y digno de analizar por especialistas, politólogos y medios internacionales. Seremos un país pequeño, pero estar bajo el escrutinio de otros países no es algo nuevo. Algo similar, guardando las proporciones, fue la vía chilena al socialismo, con Salvador Allende y su gobierno de Unidad Popular, o incluso el Plebiscito del ’88 y todo el periodo de transición pacífica ocurrido después (con todos sus bemoles, que no son menester señalar acá).

Ahora bien, podemos tener divergencias sobre el trabajo de la Constituyente, y será la historia la que juzgará qué tan bien o tan mal estuvo este proceso, pero el ejercicio democrático que se vivió en los 12 meses que duró la Convención marcó un hito indeleble en nuestro currículum democrático y de eso dan cuenta quienes, desde el extranjero, están pendientes de lo que pueda ocurrir en cuatro semanas más.

En este sentido, la segunda gran pregunta que me hacen acá en Estados Unidos es qué va a pasar el 05 de septiembre, porque, convengamos, la tensión ha ido in crescendo y no se ven posiciones conciliadoras. Gane la opción que gane en el plebiscito de salida, nuestra endeble democracia vivirá una nueva prueba de fuego, porque deberá existir un acuerdo amplio para mejorar lo que haya que mejorar del texto propuesto, o llamar a un nuevo proceso que dé cumplimiento al mandato ciudadano expresado en el referéndum de entrada, que dio por muerta la Constitución del ’80.

Pero más allá de esas consideraciones, y así lo han dicho las encuestas, la opción Apruebo es la que da más seguridad de paz social, y por tanto sobre esa base se deben construir los acuerdos de implementación desde el Congreso. Por nuestra parte, abogaremos porque así sea, pues debemos demostrar al país, y también a la mirada internacional, que somos capaces de culminar un proceso que, pese a sus ripios y una desatada campaña de desinformación, es lo mejor que le pudo pasar al país en las últimas décadas.