Opinión: “Fake news: ¿según quién?”

Por Paulina Ibarra Araya, directora ejecutiva Fundación Multitudes

Señor Director,

En la creación de la Comisión contra la Desinformación es relevante destacar que primó un criterio técnico por sobre uno político.

Los nueve miembros somos profesionales con reconocido prestigio laboral y académico que no vienen a definir una verdad oficial, sino que a recomendar, en base a experiencia internacional, cuál es el impacto que tiene la desinformación en nuestra sociedad y qué medidas podemos tomar como país para proteger nuestra democracia frente a este flagelo.

Esta comisión en la cual participo no pretende regular el trabajo de los medios. El compromiso con la libertad de prensa no está en duda. Por lo mismo, es necesario hacer algunas aclaraciones respecto de la columna publicada ayer en estas páginas.

La desinformación produce confusión decisiones erradas y desconfianza. En este sentido, nunca es transmitida de buena fe. El derecho a la información se sostiene de la veracidad de los datos y eso es una preocupación internacional. En este sentido, poner atajo a las fake news es algo que nos debe convocar a todos: así lo denotan, por ejemplo, las conversaciones sobre este tema en Estados Unidos y la Unión Europea con empresas como Google, o el trabajo diligente de múltiples gobiernos en el Digital Services Act y el Digital Market Act con la intención de proteger los derechos fundamentales y nivelar la cancha de juego cuando se trata de la industria de las plataformas de redes sociales.

En este camino, los medios de comunicación no son enemigos, sino aliados. La democracia se sustenta, entre otros elementos, en el vigor de una prensa libre. Esperamos que nuestro trabajo ayude justamente a fortalecer esta mirada y principio ante las nuevas amenazas generadas por la desinformación.

Columna publicada en El Mercurio.